A partir de Freud, se desarrolla la teoría de las etapas de desarrollo psicosexual del niño, en donde se hace énfasis sobre un adecuado manejo de las distintas etapas de desarrollo, para un desenvolvimiento sano en la adultez. Posteriormente otros terapeutas como Werner Meinhold, terapeuta alemán, detalla a profundidad, de que se trata cada fase, cuál es su resolución sana y que pasa en los adultos cuando hay déficits en dichas etapas. Adultos con carencias de varios tipos, muestran situaciones de la niñez no resueltas, que se sugiere sean trabajadas en terapia, con o sin hipnosis. Muchas de las patologías o temas que se observan en las personas, son una búsqueda del amor del cuál se careció en la niñez, o de inseguridades básicas en fases de desarrollo tempranas, en donde no sintieron la aceptación incondicional de los padres. Por lo que la búsqueda de trabajo, pareja, belleza o éxito no es una búsqueda genuina, si no se han sanado las falencias de la niñez, sino que es una búsqueda inconsciente de un valor existencial real, no resuelto. Lo que se busca en la terapia es otorgar una seguridad a partir del equilibrio en las fases de la niñez. Por lo que a continuación se menciona, que es lo que sucede en cada fase y como se presenta su déficit en los adultos.
Simbiosis: Va de la edad de concepción hasta el nacimiento, los contenidos fundamentales en esta etapa son aceptación y amor incondicional, seguridad existencial básica, comunicación instantánea con la madre.
Resolución sana de la fase: reconocimiento temprano del embarazo, aceptación incondicional, parto normal y oportuno, no se da condiciones para el afecto. Desarrollo de la sexualidad, a través de la vía de la calidez, aceptación del sexo del niño y de la madre.
Déficits en la simbiosis: Baja autoestima, inseguridad, ansiedad de muerte. Búsqueda de sustitutos de madre aceptante (algo o alguien que nunca me rechace, que no pueda renunciar a mí, que sea fácil de conseguir, que nunca me amenace. Dependencia de otras personas, (incluido el terapeuta), miedo a perderlas, culpa que viene de la culpa a existir, buscar controlar al otro que se comporte como yo. Agresividad, enojo, celos, resentimientos, alejamiento si el otro deja de prestarle atención. Busca sexo solo por seguridad, no por placer o comunicación. Puede buscar llenar su déficit simbiótico, por el resto de la vida, desarrollando mascaras en cualquiera de las fases anteriores. Remplazo de la simbiosis con la pareja por la simbiosis con el hijo. Frustración excesiva cuando no consigue lo que quiere, enfermedad es auto agresivas como el cáncer. Pensamientos suicidas como forma extrema devolver a la madre, síndrome de madre de la madre
Fase Oral: Va desde los 0 a 1 año de edad. Los contenidos fundamentales que se presentan en esta fase son: recibir al mundo libremente por los sentidos, fase sensorial donde se descubre el deleite del placer sano a través de los sentidos, todavía no existe un yo diferenciado de la madre, la comunicación es telepática. Es una fase de desarrollo de un erotismo sensual simbólico a través de los sentidos. En esta fase se establecen las bases para el erotismo y la sensualidad.
Resolución sana de la fase: Ofrecerle al bebé una gran riqueza de estímulos que le permitan desarrollar todos sus sentidos, el bebé es tocado, acariciado, incluyendo sus partes genitales, estar pendiente de los motivos de su llanto, no solamente darle el chupón, porque eso fomentar la excesiva oralidad. No ser padres anales, dar mucho o muy poco, pues el niño desarrolla déficits anales. Destete sano (como un segundo desprendimiento de la madre)
Déficit en la etapa oral: Son dependientes de los demás, para la gratificación de sus necesidades. Esto puede mostrarse como pasividad (espera que le den, le cuesta pedir) o su opuesto: impaciente, exige que le den. Se victimiza, manipula por recibir. Le dieron demasiado, por lo que no valora cuando le dan, se aleja de las personas que quieren darle. (quiere libertad para escoger que recibir). Su miedo mayor es el de perder, de no tener suficiente y de que otra persona lo engañe. Impaciente, exigente envidioso, codicioso, colérico, pesimista y depresivo cuando frustra su necesidad de recibir. Envidioso y celoso no por competencia, sino porque quiere lo que tiene el otro. Tiene dificultad para recibir y busca pruebas de amor. Las conductas que se vinculan son, mascar chicle, comer, tomar, fumar, besar o tocar en exceso por ansiedad. Busca experiencias, sensaciones, deportes extremos, incapacidad de sentir, o las necesita para tapar lo que no quiere sentir. Adicciones, que se convierten en la madre aceptante, incondicional. Busca sexo solo por placer, sadomasoquismo (prefieren sentir el castigo o dolor extremo al no contacto). El fetichismo se relaciona con lo sensorial (ropa, accesorios), no con la persona, pornografía. Frigidez, obesidad, bulimia, cleptomanía, enfermedades de órganos de los sentidos.
Primera maduración: Va desde 1 a 2 años, sus contenidos fundamentales son un reconocimiento incipiente del yo, como algo separado de la madre y de los otros. El niño empieza a decir yo y no. Libertad, independencia y ya no quiere tanto contacto. Explora libremente el mundo. La mirada, el ojo de la madre, puede reflejar libertad con atención, protección o límites. El niño aprende a pararse y caminar, encuentra el equilibrio con el movimiento. Se apoya en la columna vertebral que es el símbolo del yo. Empieza a haber contemplación, oposición, juega a esconderse, usa el dedo o chupón, como objeto de transición para separarse de la mamá. El desarrollo de la sexualidad es auto erótico.
Resolución sana de la fase: La madre confirma la belleza de su hijo, le permite la independencia, le deja que camine, que gatee, pero está pendiente de él. Le transmite el mensaje al hijo, de que le alegra que experimente el mundo. El niño disfruta, sin metas y sin competencia (no se le transmite el mensaje “si te portas bien te quiero”. La madre expresa respeto por las decisiones (aún si son oposiciones) del niño, le da espacio para la auto contemplación (alejamiento) y lo percibe amorosamente cuando regresa. El niño todavía es uno con la madre, por eso va y regresa. Se le da un espacio físico adecuado para que pueda alejarse o esconderse. La madre no abandona al hijo cuando llega un nuevo hermanito. Continúa su mirada amorosa y protectora. Se le hace entender al niño que cuando se le dice no, es al objeto, no al acto, no a él como persona el niño supera el objeto de transición.
Déficit de la primera maduración: Se ve perjudicada la formación del yo y el desprendimiento. Narcisismo, egocentrismo. En las relaciones no se enamoran del otro, sino de sí mismo, y las cosas
bellas que le otro dice de él. El otro existe solo en cuanto es un espejo que me refleja cosas de él. Necesita que el mundo gire a su alrededor. Quiere ser visto o evitar ser visto (alejarse, esconderse). La idea de “valgo por parecer, por cómo me ven los demás”. Escapar para adentro al mundo de la fantasía (ya que se lo controló mucho y no se le permitió, alejarse de forma sana). Necesidad de exponer mi vida en redes sociales, rodearse de gente que lo ama o le presta toda su atención. Dificultad para separarse de las personas y para tomar decisiones libremente. Dificultad para el movimiento (inmovilidad, rigidez, límites). Masturbación excesiva (narcisismo auto erótico: no contempla al otro) Busca sexo solo por atención, por ser visto, por lo que yo soy capaz de causar en el otro. Exhibicionismo, fetichismo. Síndrome de la búsqueda de la flor azul, busca por buscar, no para encontrar: si la encuentra pierde su encanto, pierde la razón de vida. (detrás de eso hay el mensaje de la madre, eres tan especial, que nadie va a estar a tu altura). Si hay déficit en la primera maduración también habrá déficit en la individuación, y también en el desprendimiento.
Fase Anal: Va desde los 2 a 3 años. Los contenidos fundamentales son: expresión, creatividad, capacidad productiva, poder creador, reconocimiento delo creado, eficiencia, control de esfínteres, retener y soltar (entregar), empieza el desarrollo consciente de la vigilia lógica, separación objeto-sujeto, se desarrolla el lenguaje lógico y la capacidad de abstracción, excreción de madre, ve el mundo por sus propios ojos. El desarrollo de la sexualidad es heteroerótico, se da una separación sujeto (yo)- objeto (madre), dar y recibir placer sensual.
Resolución sana de la fase: las heces representan el oro, el producto y lo que el niño considera su creación, por lo que esto se valora en lugar de rechazarse. Se le permite al niño jugar con sus heces y sus genitales. No hay que apresurar o forzar el control de esfínteres. No se le dice si “te cacas o lo haces en momento inconvenientes, no te quiero. No se le dice “no te quiero por lo que haces o tienes”. El niño desarrolla consciencia de lo que produce (separación normal sujeto-objeto). Se expresa en forma libre y voluntaria, vale por ser, no por tener o lograr. No se le deja al niño demasiado tiempo con la abuela (refleja que la madre no se ha separado de su madre, y busca que su hijo lo haga por ella).
Déficit en la fase anal: Dificultad para la expresión creativa, falta de creatividad, rigidez. Dificultad para entregarse (no solo en lo material y emocional, sino también sexualmente). Excesivo orden y limpieza (TOC, problemas sexuales). Tacañería o su opuesto, el despilfarro irresponsable. Terquedad (no suelto mi forma de pensar). No suelto (no termino los proyectos o relaciones, no puedo despedirme). Acumuladores, ahorradores. Perfeccionistas, controladores, extremadamente eficientes. Miedo a ser dominados sometidos. Idea de que valgo por tener, por hacer, por tener éxito (confunden el ser con tener). Extremos, ven las cosas sin grises, blanco o negro, todo o nada, bueno o malo, correcto o incorrecto. Se da el síndrome madre de la madre, si la también es anal y necesita del éxito de su hijo para valer y por lo tanto lo controla. Busca sexo por ser exitoso y eficiente (“lo hago bien”) Todo es dual (extremos), no admiten una visión holística, son rígidos en sus juicios. Profesionales anales: militares, políticos, jueces, contadores, auditores, dermatólogos, cirugía estética, asma, tartamudeo. Autoflagelación: por haber sido malo, o no haber hecho lo
correcto. Trastorno intestino grueso, diarrea, hemorroides, enuresis. Postura de no veo nada, no puedo dar información.
Etapa sexual/edipal: Va desde los 4 a 7 años. Los contenidos fundamentales son, la identificación sexual (incluida la genitalidad), roles de género (social, cultural, también sexual, pero sin genitalidad). Confirmación y complementación sexual. El niño se relaciona con el mundo a partir de esa identificación, resolución del complejo de Edipo, manejo de la competencia con el padre del sexo opuesto, y el manejo de la exclusión, generándose inclusión. Se establecen las bases para las futuras relaciones de pareja. Comunicación libre del yo, expresión del amor y del deseo sexual. Los padres como modelos totales (por eso la confirmación o su falta repercute en hombre y mujeres. El desarrollo de la sexualidad es auto sexual, es decir la persona se relaciona consigo misma, desde la coincidencia de su propio sexo.
Resolución sana de la fase: El niño se identifica de forma sana con el progenitor del mismo sexo. El padre del sexo opuesto o modelo cercano confirma al niño, es decir le dice que es guapo/a, que es atractivo/a. Los padres permiten la competitividad del niño pero dan un amor incluyente (“te amo a ti y también a mi pareja”). Los padres han resuelto en forma sana su propia confirmación y no lo buscan en sus hijos.
Déficit en la etapa sexual/edipal: Enamorarse de imposibles, (platónicos, ausentes, casados, etc.) Inseguridad: quiere competir, ser el chullita de la película, vencer obstáculos. Perfeccionismo en cuanto les permite ganar la competencia, ser mejor que otros. Siempre se compara con otros, necesita sentirse especial, miedo a ser sustituido. Celos/resentimiento (que ya existe probablemente por déficit simbiótico). Triángulos (competencia, ideas de exclusividad) Búsqueda de confirmación sexual, ya sea en parejas parecidas, a su progenitor del sexo opuesto o ya sea en muchas parejas. (Infidelidad). Padres parejas de sus hijos (excluyente), padres que compiten con sus hijos por la atención de la madre. Padres que no confirman sexualmente a sus hijos, porque como tampoco han resuelto su edipalidad en forma sana, tienen miedo de ver a sus hijos sexualmente. Busca sexo por confirmación sexual. Puede darse homosexualidad, por identificación con modelos distorsionados. La idea de competencia constante, pensar que que valgo por sr mejor que otros. Violador que busca la confirmación a través de la violencia, pues no la puede obtener a través del amor, reconocimiento y atención. Mujer que atrae una violación, porque no se quiere hacer cargo de su vida sexual. Mucha búsqueda de éxito profesional, económico y sexual busca competir y conquistar. Machismo, búsqueda de éxito profesional, económico y sexual (competir y conquistar). Fracaso, profesional o financiero para no superar al padre con la culpa. Dificultad para establecer contacto, dificultad para expresar sentimientos y deseos. Síndrome de la búsqueda de la flor azul (por mostrar capacidad de conquista y necesidad de confirmación sexual) o creerse la flor azul.
Individuación (II maduración): Esta fase va de los 7 años hasta los 12/14. Los contenidos fundamentales son: desprendimiento de los modelos totales (padres) en favor de modelos
parciales alternativos (profesores, amigos, etc.), posible rebeldía. Romanticismo, idealización, continua el desarrollo del yo, maduración sexual (cambios físicos). Pseudo- desprendimiento, pasa de una simbiosis con la familia, a un nuevo grupo social (amigos, pandilla, etc.). Es una segunda maduración en donde el niño tiene una introspección, contemplación y aislamiento. El desarrollo de la sexualidad se da relacionado a un desarrollo homosexual, juegos sexuales con otros del mismo sexo.
Resolución sana de la fase: Los padres aceptan expresiones de los jóvenes (vestido, peinado, etc.) sin rechazarlo. Los padres ofrecen a sus hijos una rica exposición a otros modelos de vida.
Déficit en la fase de individuación: Vive en base de modelos aprendidos. Intolerancia, no es capaz de aceptar lo diferente, razas, culturas, costumbres, pensamientos, etc. Ve amenazada su propia identidad. Búsqueda de la flor azul, busca sin encontrar, apego a un modelo ideal de pareja, carrera, trabajo, etc. No le gusta lo real, no se siente seguro, prefiere lo que podría ser. En especial con padres reactivos, que no permiten o juzgan la experimentación. Necesidad de ser diferente o llamar la atención. Necesidad de mimetizarse o de pasar desapercibido.
Desprendimiento: Va desde los 12/14 a los 21 años. En la resolución sana de la fase se experimental libertad, independencia, autorresponsabilidad, desprendimiento de la familia, libre y responsable elección de la pareja, elección de un camino profesional, desarrollo de una filosofía de vida. En el desarrollo sexual, se da el desarrollo de la heterosexualidad, pasa del juego a la responsabilidad.
Resolución sana de la fase: Libertad con la autorresponsabilidad, desprendimiento sano (en amor) de la familia. Desprendimiento de la familia, desprendimiento sin miedo, ni obligación. Escoger a la pareja libremente, libre elección del trabajo. Desarrollo de su propia filosofía de vida, no por rebeldía, ni porque debería.
Déficit de la fase de desprendimiento: Dificultad de desprendimiento de su familia o abandono. Libertad condicionada, no libertad. No asume responsabilidad laboral, académica o sexual. No ha desarrollado su propia filosofía de vida o ha desarrollado una filosofía de vida disfuncional.
Conclusión: Si se han visto varios síntomas en los déficits de la adultez, es recomendable hacer una revisión de dichas etapas, en terapia, para resolver las respuestas que se presenta desde su origen y a profundidad. El cambio requiere de un proceso e interiorización de la situación. Se pueden hacer ejercicios de silla vacía con los padres, una nueva narrativa interna más sana o un trabajo de hipnosis regresiva para volver a cada fase e integrarla con una visión más equilibrada. Es importante saber que muchas veces los mismos padres sin darse cuenta y sin intención, trasmiten la información desde sus propias carencias o su aprendizaje que viene desde sus padres y abuelos, haciéndose una cadena de disfuncionalidad. No se trata de culpar a nadie, sino de buscar una visión de la vida, que vaya más allá de la neurosis, permitiéndole al individuo ser auténtico y vivir la vida en amor, libertad y consciencia.
Escrito por Psic. Adriana Fornasini
Parte de la tesis final del post grado de la Terapia Integrativa de Hipnosis y Psicología Profunda de la línea del profesor Werner Meinhold.
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